Ruega por apoyo económico en Ecuador, pero así gasta sus millones Byron Castillo

Byron Castillo, futbolista que se ha mantenido en el ojo del huracán por las controversias sobre su nacionalidad, se encuentra ante un dilema que trasciende lo deportivo y toca fibras tanto legales como humanitarias y demuestra, además, que en Ecuador podrían volver a darle la espalda.

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La confirmación de su castigo por parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que ratifica su nacimiento en Colombia y pone en tela de juicio su reputación, no solo ha afectado su carrera futbolística sino que también ha desatado un debate sobre los derechos humanos en el ámbito deportivo.

Según Andrés Holguín, abogado del jugador, hay un interés manifiesto de Castillo por llevar su caso ante los organismos internacionales de derechos humanos, buscando limpiar su nombre y rectificar las sanciones impuestas. Este proceso, sin embargo, se enfrenta a un obstáculo considerable: el costo económico.

"Ya se hizo un gasto bastante grande para ir al tribunal federal suizo, para tratar de eliminar el castigo de 3 puntos y lo de la multa. Ahora se está analizando en la federación ecuatoriana qué tan conveniente es el reclamo ante los organismos de derechos humanos, pero el tema es caro, los abogados allá en Europa son caros", detalló Holguín.

El defensor esparará de acá a seis meses a ver si recibe el apoyo necesario por parte del fútbol ecuatoriano para buscar limpiar su nombre.

Byron Castillo sigue con sus lujos

La situación financiera para enfrentar esta batalla legal es tal que se están evaluando propuestas para determinar si, en conjunto con la federación ecuatoriana, es viable costear el reclamo.

Mientras tanto, el estilo de vida de Castillo contrasta con la situación que vive fuera de las canchas. El defensor, que ahora defiende los colores de Peñarol en Uruguay, no ha dejado que las controversias mermen su capacidad de disfrutar de los frutos de su trabajo en el fútbol. Castillo ha sido visto ostentando vehículos de lujo, como un Mercedes Benz A, valorado en más de 50 mil dólares, y un Nissan 370 Z, así como un Porsche negro, sumando a su colección personal autos que incluso figuras como Lionel Messi poseen.